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Jacobo II (1685-1689)

Publicado: junio 21, 1009 en Uncategorized

Jacobo II no tuvo problemas para acceder al trono, tras prometer gobernar respetando la legislación y manteniendo la independencia de la Iglesia de Inglaterra. Era un católico celoso y procuró que los católicos romanos pudiesen celebrar su liturgia abiertamente y que pudiesen participar en la vida política. Su hija María, de religión protestante y casada con el calvinista holandés Guillermo de Orange, era la heredera.
En junio de 1685, el duque de Monmouth, hijo bastardo de Carlos I, invadió Inglaterra desde Holanda. Convenció a los artesanos del oeste del país, donde la industria textil estaba deprimida. Reunió un ejército de 3.000 soldados inexpertos, e intentó un ataque por sorpresa sobre Sedgemoor (Somerset). Tras la derrota, fue ejecutado. Esta fue la última rebelión popular en Inglaterra, famosa por la sangrienta represión. Fueron condenados a muerte 300 rebeldes y muchos más fueron deportados.
Jacobo pretendió suprimir la Ley de Prueba, pero el Parlamento no lo admitió. Entonces, recurrió a su prerrogativa para eximir a algunos individuos de las leyes penales. Sustituyó la mitad de los jueces y a 250 jueces de paz por católicos, integró a cuatro católicos en su Consejo Privado y nombró oficiales católicos en el ejército. En Irlanda aplicó la misma política. Mientras tanto, llegaban a Inglaterra protestantes perseguidos en Francia.
En abril de 1688, Jacobo promulgó la Declaración de Indulgencia, por la que se suprimieron las leyes penales contra los católicos y los disidentes. En mayo obligó a la lectura de la Declaración en las iglesias. El arzobispo Sancroft y seis obispos se negaron a ello y fueron juzgados, siendo absueltos por el jurado.
El 10 de junio, la reina María dio a luz a Jacobo Francisco Estuardo, abriendo así la posibilidad de una sucesión católica.
Líderes protestantes escribieron a Guillermo de Orange ofreciéndole su apoyo si invadía Inglaterra. Desembarcó en Devon con 20.000 hombres y 500 barcos. El ejército profesional de Jacobo era también de 20.000 hombres y contaba además con una milicia de similar número. Jaime se trasladó a Salisbury donde enloqueció. John Churchill y el duque de Grafton se pasaron a las fuerzas de Guillermo. Jacobo huyó a Francia. Todos los whigs y la mayoría de los tories apoyaron la concesión del trono a Guillermo y María.